Ronaldo ha querido tener un gesto de agradecimiento con toda esta gente que trabaja para mejorar su rendimiento o para que todo funcione dentro de un grupo pero cuyo trabajo siempre está en la sombra. Hace pocos días, el jugador se rascó el bolsillo y pagó 30 ordenadores portátiles para todos los empleados del club que están desplazados con el equipo en la gira por Estados Unidos. Cristiano le dio su tarjeta de crédito a uno de los utilleros y este se encargó de ir a comprar a una tienda de Los Ángeles los 30 ordenadores.
No es la primera vez que el portugués tiene un detalle de este tipo con sus colaboradores. Ya el año pasado, el jugador se marchó de compras por Los Ángeles. No se le vio entrando en las mejores firmas de Rodeo Drive, sino en una tienda de electrónica donde se gastó cerca de 5.000 euros en 11 IPads para los empleados del club.
También hizo algo parecido con sus propios compañeros cuando se llevó la Bota de Oro en 2011 tras alcanzar los 40 goles. CR7, a la vuelta de la gala, llevó a Valdebebas una bota de cristal para cada uno de sus compañeros en agradecimiento por haberle ayudado a ganar este galardón.
Lo cierto es que la gente que trabaja cerca de Ronaldo habla de un tipo nada creído, bastante más normal de lo que la gente se cree. Puede que él mismo haya ayudado a veces a enviar una imagen distorsionada de su personalidad, pero es algo que en estos últimos años está cuidando especialmente.
El mejor ejemplo fue la última rueda de prensa en Los Ángeles o sus declaraciones en la zona mixta en Miami. CR7 está alcanzado su madurez como jugador en todos los sentidos. También su mensaje es ahora mucho más madridista. Con el acuerdo de renovación bien atado, el jugador está tranquilo y se siente más identificado que nunca con el grupo y sobre todo con el club. El año pasado dio un paso al frente en todo el divorcio entre Mou y el club. “No me importa el futuro del entrenador. El club está por encima de todos”, apuntó.